14/4/16

Momentos

Todos somos una sucesión de hechos, de momentos, de memorias, de actos que hicimos o que tal vez no nos animamos a hacer o ser. Convivo con la idea de que tal vez llegaste en el momento que tenías que llegar, para bien o para mal.
Te pienso y tal vez mas de la cuenta, sonrío cuando pienso en tu nombre, me pierdo en tus ojos color miel, me estresa el pensar que me estás transformando, cambiando, mutando.

Los momentos con vos son eternos y a la vez son instantes. Son eternos porque son sensaciones que no pausan, sentimientos que no se deterioran, sino que al contrario, siguen creciendo.
El primer momento que me llamaste la atención, lograste eliminar toda posible vista a tus costados, dejando que tenga ojos solo para desearte a vos. Fue impactante, fue un momento intenso, fue cuando el corazón y la cabeza no iban para el mismo lado, se cruzaban, chocaban, no lograban ni empatar.

Pero me ganaste. Te lo llevaste. Te apropiaste de todo, tenes mi mundo. Me arrebataste eso que no iba a sentir nunca, eso que me permite ser feliz, tranquilidad, poder respirar cuando te vas y saber que puedo confiar en alguien más que en mi misma.

Momentos... ¿Cómo definir nuestro momento? En el momento que te sentí por primera vez, sentí que los planetas se alinearon, que nuestros destinos por fin se habían puesto de acuerdo. Cuando te sentí, nuestras almas conectaron, mi fortaleza se rompió, no pude negarme más, no pude negar más lo que me pasaba con vos, porque quería estar con vos, solo con vos.

Pasaron los meses... ¿Meses? Yo sentí que fueron años. Y también, solamente días. Años porque la incertidumbre me mataba, no sabia lo que sentías, no sabía a que me estaba destinando, si era un camino al suicidio. Días porque el tiempo se me pasaba demasiado rápido, no podía creer sentir todo lo que sentía en tan poco tiempo, y ahora, sinceramente, no creí que habría muchos más momentos.

Pero llegaste. Y te quedaste. Y me volves loca. Gobernas mis pensamientos, mis ideologías, mis metáforas, estás en mis ejemplos del bien, y del mal. Gobernas cada parte de mi cuerpo y cada vez que te veo siento que soy un poco más feliz.
Que el resto del mundo siga odiando, y que dejen el amor para nosotros.

Amo nuestros momentos. Que sean aún más eternos.

3/4/16

Nuestros cuerpos bailaban al unísono, ya no se diferenciaba la música porque nos movía algo más... Ya no recordábamos la última vez que estabamos tristes porque nos parecía imposible sentirnos mal luego de lo que estabamos viviendo.
Me llevó de la mano y exclamó "Vamos a ser felices". Me sostuve la pollera y deje enredarme en sus piernas y, a su vez, contemplar y disfrutar la sensación de sentir nuestros cuerpos rozándose.
Me dejo llevar por el inconsciente, me dejo volver loca por él, siento que estoy en otra galaxia. Me mira, lo miro, y sabemos que está todo bien.
Me pregunto cuantas personas me habrán mirado así, con esa mirada sincera, leal, tranquilizadora.
Me pregunto cuantas personas tuvieron la posibilidad de hacerme alcanzar el cielo con las manos, o si él iba a ser el único.
Nos volvemos a besar, cada vez se siente mejor. La gente se sigue alejando, y, acto seguido, comenzamos a bailar.
Lo grandioso de nosotros dos es que parece que estuviéramos prefabricados uno para el otro, como si necesitabamos encontrarnos para entender que el amor no es solo sufrimiento.
"¿Por qué no nos conocimos antes de los traumas amorosos?" Podríamos haber sido muy felices desde siempre.
La música empieza a subir y ahí estabamos, entre extasiados y felices, coordinando nuestros movimientos y siendo el alma de la fiesta.
Se me acerca y me derrito, no lo puedo negar. Sus abrazos son lo que arma mi cuerpo desarmado en mil pedazos, como si necesitaba esa soga para que amarre todas mis partes que se encontraban rotas.
Volvemos a mi casa, desprevenidos, desalineados, y nos acostamos, dejando que nuestros cuerpos hablen por nosotros mismos, porque los sentimientos se demuestran así, con hechos, más que con palabras.
Cuando nos dormimos, susurra que soy la más hermosa, y se siente muy bien, se siente muy bien sus caricias, sus brazos, recostarme en su pecho
Me gusta lo que siento, me encanta lo que nos pasa. 

Welcome, bae.

todes

 De repente, les miré. Observé nuestra ronda, al lado del skatepark. Todes sonriendo, mientras contaban anecdotas de nuestro pasado... como ...