De repente, les miré. Observé nuestra ronda, al lado del skatepark. Todes sonriendo, mientras contaban anecdotas de nuestro pasado... como si hubiera sido ayer. Había olor a flores, como si fuese el mejor momento de la primavera. Mientras que giraba el mate, una cascada de comentarios invadió en el centro del circulo.
Podia vernos a todes mejor. Recordando porque nos volvimos a unir, porque nuestro lazo fue tan importante y, también, como toda herida se estaba curando.
Ella me sonrió, me dijo que todo estaba bien. Me abrazó, luego de años sin hacerlo, y yo temble. Esos años sin ella fueron raros, como que faltaba una parte de mi. Cuando veia algo que me recordaba a ella y queria mandarle un mensaje, mi mundo se desmonoraba. Una parte mia, olvidada, seguia a su lado.
Recordamos las playlist que armabamos, como nunca hicimos fila en las fiestas para ingresar, como eramos parte de una elite sin darnos cuenta. Como nos marcamos, como nos acompañamos y como seguimos estando presentes.
Miré a mi amigo, tan autentico como siempre, y entendi que todo fue un malentendido. Lo veo, veo su talento y veo lo hermosa que es nuestra relación, como si estaríamos conectados por una conexión mágica.
Los veo, me miran, sonrio. Porque si todo fue para volver a sentir esta autenticidad y felicidad, lo volvería a pasar.
