- Hey, Maca!
Yo lo había visto desde lejos, pero no tenia ganas de saludarlo y menos después de tantos años sin saber de ese grupo.
- Hola, qué haces acá?
- Ya sabes porque- risas incomodas-. Vos?
- Vine para la fiesta de una amiga., y me tengo que ir a buscarla
- Para mac, no te vayas, tengo que presentarte a un amigo mio
- La verdad, tengo bastantes amigos tuyos como para toda mi vida.
Atrás de mi nuca se escuchaban risas, pero yo conocía esa risa. Esa risa que era inmaculada y que tantas tristezas y alegrías me había dado. Era él, En su mayor expresión, después de tanto tiempo, y por las putas casualidades de la vida, apareció. Para joderme la vida.
- Hola mac... que cambiada estas.
Y me quedé. Fue un fantasma. Fue ver lo peor y mejor de mi pre-adolescencia en un ser que pensé que nunca más me iba a cruzar.
- Me esta esperando mi amiga, me tengo que ir.
Y me fuí, con lágrimas en los ojos, y con ganas de que ése sea el ultimo encuentro.
En mis 19 años solo tenía un miedo y era él. El karma personificado, el monstruo más tenebroso y la persona que mas me hirió toda mi vida. Estaba ahí, después de sus intentos de suicidio, después de haberme hecho la vida imposible y después de jurarme que me iba a complicar la vida para que no lo olvide.
Porque cuando lo vi, me temblaron partes del cuerpo que no me habían temblado nunca, porque escucho su voz y siento que algo malo va a pasar, y no lo podía mirar a los ojos porque todavía tiene ese poder devastador en mí...
En definitiva, sabía que no iba a hacer nada él. Y él sabia el efecto que tenia en mi. Siempre lo supo.
Cada vez que pienso en él, me dan ganas de llorar y de desesperación. Pero no porque lo siga amando. Sino porque le sigo teniendo miedo.