Ella sabe y yo le conté todo lo que yo pensé de ella antes de conocerla realmente. De tanto que le dije, nos peleamos, y casi nos odiamos. Pero preferí decirle todo antes que se entere por alguien más lo que yo pensaba.
Y así nuestra amistad se convirtió en transparente. Sin rencores, sin mentiras, sin nada. Contándonos las verdades y me sorprende que una piba de muchos años menos que yo me entienda a la perfección y con cada detalle lo que le estoy contando. Una piba sin precedentes, y que no se deja llenar la cabeza por nadie. Maquinea, pero no maquinea por mal, es perfecta en su imperfección. Y lo sabe, se lo vivo diciendo.
Mechi ahora forma parte de mi vida, porque es con la única persona que me gusta hablar por teléfono a la única que le cantaría todos los días de mi vida, a la única que puedo contarle TODO sin que me mire con cara de asco o desagrado.
Y ahí esta... siempre para mí. No voy a decir que es la única porque tengo otras amigas, pero que ella confié en mi es algo sagrado porque después de todo lo que pasamos... estamos ahí, juntas.
Y si bien no empezamos con el pie preferido, supimos callar a los demás y ser felices, a nuestra manera, sin importar lo que el mundo diga.
Te amo. Y te voy a amar por siempre. Porque vos miras con los ojos del corazón.
Y voy a estar infinitamente agradecida.