Las princesas, nunca tienen un final feliz.
Dan todo y reciben poco y nada a cambio.
Las princesas cambian.
Se convierten en gargolas
Sin sentimientos, siempre con la misma cara y las mismas palabras sin compasión.
Se alimentan de pretextos, causas y consecuencias, el efecto boomerang y de variaciones
Excusas, baratas y tratan de cambiar pero ya no pueden ser iguales
Ya no tienen 14 años
Ya no tienen la misma imagen de su principe
Ya saben lo que vá a hacer si deja su castillo
Le da (todo) igual. Tenerte o no.